CONTADOR

viernes, 14 de agosto de 2009

MARBELLA EN VERANO

A modo de reflexión, expongo un dato aritmético relativo a la situación cotidiana de los que vivimos en Marbella:
La población habitual (fuera de los meses de verano) del término municipal está en 120.000 personas. Con este contingente tenemos bastantes problemas de movilidad a diario, tanto peatonales como circulatorios. Los aparcamientos de calle, constantemente ocupados, en el centro y en los barrios. Con las remodelaciones de las aceras, se van eliminado (¿con qué intención?) plazas que hasta ahora existían y que no perjudicaban nada a los peatones. Las anchuras que están aplicando a las aceras son demenciales, porque antes de las obras se pasaba perfectamente y tras ellas podemos hacer carreras de caballos y aún sobra sitio.

Cuando llega el verano, la población flotante se multiplica por tres... o más.
Es fácil imaginar el colapso que se produce en todos los aspectos.
Los que somos de aquí, sencillamente no vamos a muchos sitios porque están 'tomados' literalmente por muchendumbres foráneas ávidas de esparcimiento.
La gran mayoría vienen de lugares superpoblados habitualmente y por tanto no notan los atascos ni las aglomeraciones.
Circular en coche es amargante, estresante y, como reza en los paquetes de tabaco, perjudicial para la salud.
Un lugar como Puerto Banús es sencillamente inimaginable visitar durante el verano. Solemos acudir fuera de temporada, porque las colas para entrar son interminables y no se dan cuenta que además hay que aparcar el coche... y los aparcamientos -todos de pago- están abarrotados.
Demencial, insisto.
Se habla de crisis, pero la mayoría de establecimientos están a rebosar. Conseguir sentarse en cualquier terraza es una utopía, pues legiones enteras esperan turno sin inmutarse.

Resumiendo: aún siendo conscientes de los beneficios económicos que genera la 'invasión', el sacrificio que supone convivir con ella es como para nota.
Y no soy el único que opina así; son cada vez más los que perciben los inconvenientes.
También hay mucho de mito con lo de los beneficios económicos; hay gente paseando, pero 'gastando' poca. Voy por cualquier centro comercial -con aire acondicionado- y observo a la mayoría paseando -porque es algo que se nota- y mirando escaparates, sin nada más útil que hacer.
A la hora de comer es más barato una cerveza con tapa que comer como Dios manda. Así se pueden permitir prolongar la estancia.
Yo, para eso, prefiero no viajar. O se va de viaje 'de verdad' o mejor quedarse en casa.
Hay gente pa tó, como dijo el torero.
En Marbella, a 14 de Agosto de 2009

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