LA BRÚJULA
Unos viajeros, atravesando un desierto, se encontraron una brújula.
Fueron a enseñársela a un conocido sabio del lugar y le preguntaron:
.-¿Qué es?
El sabio cogió la brújula, la examinó un momento y rompió a sollozar.
Al rato, dejó de llorar y se echó a reir, a reir más y más.
.-¿Por qué lloras? ¿Y por qué ries? le preguntaron.
Me he puesto a llorar al pensar en vuestra ignorancia, pues no sabéis qué es este objeto.
Entonces me he echado a reir al pensar en la mía.
Porque yo tampoco lo sé.
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