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lunes, 21 de septiembre de 2009

LAS HORMIGAS DE DAMASCO


LAS HORMIGAS DE DAMASCO
Hemos conocido numerosos ascetas cristianos que, retirados en el desierto, se han librado a mil extravagancias. Uno vivía cargado de cadenas y con la mirada siempre hacia Oriente. San Simeón, pasó decenas de años encima de una columna, en pleno desierto, para estar más lejos de la tierra y más cerca del cielo. Algunos vivieron la mayor parte de sus vidas en una pequeña habitación completamente a oscuras.
En la tradición árabe se habla de un santo que tenía que ir a pie desde Damasco hasta Bagdad.
Antes de salir de Damasco aceptó unos puñados de maíz que le dio un amigo y de aquello se alimentó por el camino.
Al llegar a Bagdad y vaciar los últimos granos de su alforja, vio algunas hormigas.
"-Qué desgracia -se dijo-. Sin darme cuenta al coger el maíz me he llevado estas hormigas. Las he arrancado de su hogar, de sus familias. No puede ser."
Y de inmediato se puso en camino para devolver las hormigas a Damasco.
(Del libro 'El círculo de los mentirosos')

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